SECCIÓN CUENTOS DE LA NUEVA ÉPOCA
PORQUE FLOTANDO EL HUMO… (Los fumadores) Un humo espeso lo hizo toser apenas entró. El viejo bar desbordaba murmullos, risas y silencios de triste escucha. Parado al comienzo de la barra, de estaño todavía, trató de divisar a su amigo a través de la niebla casera, mientras El Polaco desgranaba Madame Ivonne desde algún lugar. Algunas mesas vacías, dejaban ver sobre ellas ceniceros con cigarrillos encendidos sin haber sido fumados, junto a tazas pintadas desde adentro con café. En otras, las charlas se escuchaban turbias, arrastradas, como surgiendo de una antigua fonola con sus revoluciones cada vez más lentas. Tanto, que habría podido leer el título en el centro del viejo disco de pasta. Allá estaba Carlos, en la mesa del fondo, canas incipientes, mirando la parte encendida del pucho. Se sentaron después del abrazo golpeado, ese que abre los bronquios y cierra las angustias. El mozo trajo los cafés sin que se lo pidieran. A los dos les pareció que poco a poco el humo se hacía más dens